Otro de los imprescindibles además de “El Prater” o parque de atracciones, si viajas con tus hijos a Viena, es el zoológico situado en los mismos jardines del famoso Palacio de Schönbrunn. Además de ser el zoológico más antiguo del mundo, lo que más nos gustó descubrir, es que allí, viven los 2 únicos pandas gigantes de todo el continente europeo.
2 osos panda gigantes
Era la primera vez que íbamos a ver a Yang Yang y a Long Hui, así se llaman estos simpáticos osos panda gigantes, así que la expectación estaba servida, ni que decir tiene lo alucinante que fue poder verlos por primera vez y poder disfrutar durante un largo espacio de tiempo, de su compañía.
La casa de la selva tropical
La parada de metro está muy cerca del zoo, y la entrada a este recinto resulta muy peculiar sobre todo al ver justo en el comienzo de nuestro camino, unos grandes y cuidados jardines protagonizados por una espectacular estructura llamada “La casa de la selva tropical”.
Allí, se alberga una enorme exposición de fauna y flora del sudeste asiático, algo que nos recordó muchísimo al “Palacio de Cristal” de Madrid.
Flamencos rosas
Y si bien es cierto que estos gigantes osos panda son los protagonistas de este zoológico de Viena, también es cierto que allí se encuentra también otra de las especies de moda estos últimos veranos: los flamencos rosas.
Tren turístico
Pero hay muchos otros detalles que hacen que este zoo destaque, y es que al estar situado en los jardines del Palacio de Schönbrunn, desde el centro del zoo, se tiene la oportunidad de coger un pequeño tren turístico de color amarillo. Este tren te realiza el recorrido por allí, llevándote incluso hasta el mismo palacio pasando antes por la preciosa Gloriette desde donde se obtienen unas vistas preciosas de la zona. Y lo mejor de todo es que el precio de la entrada al zoo te incluye el derecho de poder utilizarlo.
Desayuno Imperial
El zoológico incluye una alta variedad de restaurantes y puestos donde poder comer o merendar, pero sin duda el que más destaca, es el conocido como “pabellón de desayuno” donde antiguamente parece ser desayunaba la realeza. Así que allí podrás sentirte mientras tomas algo, como una gran princesa o una gran reina, tu decides.
De momento yo no me sentía ni una cosa ni otra pero eso si, en aquel mismo momento cogida de la mano de mi pequeña, me sentía una mamá de lo más afortunada por estar disfrutando de estas increíbles aventuras con mi familia por la capital de Austria, la preciosa Viena.
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