Son muchas las razones y los motivos por los que visitar la Selva Negra, bien merezca la pena. Es una región montañosa de Alemania, preciosa, tranquila y sobre todo rural, rodeada de impresionantes bosques y que guarda muchas sorpresas para los niños. Te voy a contar sobre 3 en particular y que seguro te gustarán. ¿Preparados?.
Imprescindibles en la Selva Negra
Un bonito pueblo decorado con preciosas y típicas casas, como ésta que te muestro en la foto, convertida en un enorme restaurante, nos conduce a uno de los 3 imprescindibles:
1- Las Cascadas de Triberg, situadas en pleno corazón de la Selva Negra, se encuentran en el mismo pueblo.
2- Relojes cuco, que encontrarás muy cerca de Triberg, grandes, pequeños, enormes, gigantes.
3- Tobogán alpino Bobsleigh en Gutach , de camino a Triberg, hicimos una parada en este enorme tobogán alpino, un gran imprescindible, reconozco que el más divertido de todos como puedes ver en el vídeo. La instalación cuenta con un pequeño restaurante donde poder comer, platos sencillos y económicos y una pequeña área infantil con toboganes. ¡No te lo pierdas! Os lo vais a pasar genial.
Triber es quizás uno de los pueblos más conocidos de esta zona de Alemania, la verdad que como pueblo, cerca de allí los vimos todavía mas bonitos, como es el caso de Gengenbach, Sasbachwalden y Schitach, pero eso sí, Triberg en concreto cuenta con características que las demás no tienen; una zona preciosa llena de cascadas, 2 de los relojes cuco más grandes del mundo, y muy cerca como te comentaba antes, el gran tobogán alpino.
3 diferentes actividades en una zona en concreto que harán que tu día con los niños sea de lo más entretenido.
Triberg, situado a unos 55 km de nuestro hotel en Friburgo, es un pueblo diferente al resto de los que hemos visto en la Selva Negra, y quizás al que más les ha gustado ir a las niñas. Ya sabes, ir en busca de ardillas para darlas de comer, disfrutar de las cascadas y “alucinar” con los enormes cucos protagonistas de esta zona, es un éxito seguro para que lo pasen genial. Desde luego ésta visita no les dejará indiferentes, sobre todo si lo combinas con el tobogán alpino.
Las cascadas pueden visitarse durante todo el año, nosotros lo hicimos en agosto, y aún así, se agradecía la chaqueta, pero la temperatura es idónea para la excursión en familia. El acceso es desde el mismo pueblo, y verás que para poder entrar hay un puesto, donde tendrás que pagar unos 3,50 euros para poder acceder y 1 euro por una bolsita de cacahuetes para darle de comer a las ardillas, si las encuentras claro. Nosotros no lo hicimos, vaya, que las ardillas no son lo nuestro, y como nos pasó en Hyde Park, Londres, no logramos encontrar ni una.
El paseo por su camino, bien preparado, consta de unos 7 saltos aproximadamente, no son muy altos, pero el paisaje es una preciosidad y las niñas se vuelven locas buscando las famosas ardillas entre tanto árbol, ¿donde estarían escondidas?.
Después de disfrutar de este bonito paseo, nos dirigimos en busca del cuco mas grande del mundo y de momento esta tienda situada en el mismo pueblo nos va anunciando que no nos los podemos perder, pero esto, te lo contaré en mi próximo post.
Categorías: Destinos con niños, Viajar con niños
Destino: Alemania con Niños, Selva Negra con Niños, Triberg con Niños
Temática: Actividades con niños, Parques y Jardines con niños, Planes en familia