Pasar unos días en la Alsacia con nuestra hija fue una de nuestras primeras decisiones como padres viajeros hace ya casi 9 años. Resulto ser un destino tan especial como bonito, de ahí que tomáramos la decisión de volver de nuevo hace 2 años y ¿quién sabe si habrá una tercera vez?.
Desde luego, esta zona de Francia nos tiene locamente enamorados, así que, ¿qué te parece si empezamos con su capital?. En Estrasburgo es donde en realidad empieza la magia de la Alsacia, es la ubicación perfecta para alojarse y desde allí, recorrer lugares tan mágicos y fascinantes como mi preferida Colmar, Riquewihr, Kaysesberg o Eguisheim entre otros.
Pero centrémonos en Estrasburgo, sobre todo en la zona más bohemia, la más visitada y como no, la más fotografiada de toda la ciudad, “La petite France”. ¿Y como no va a serlo?.¿Has visto qué preciosidad de lugar?, sus casitas de entramados de madera, sus pequeñas y estrechas callejuelas decoradas de flores, sus coquetos restaurantes y tiendas de souvenirs etc. Todo en la Petite France es “incroyable”.
Y lo mejor de todo fue la forma en la que la descubrimos. Sé, que quizás para muchos de vosotros hacer la típica excursión en barquita por una ciudad suene a “turistada”, pero para nosotros, después de estar paseando con la niña por la zona más moderna de Estrasburgo durante un par de horas, realizar esta excursión resultó ser lo que necesitábamos para descansar un buen rato y a la vez poder disfrutar de una bonita visita.
¿Lo mejor de la excursión?, el momento en que pusieron en funcionamiento las esclusas del canal y permitieron que el barco avanzara hacia esta zona tan bonita y que nos dejó a todos los que estábamos allí con la boca abierta. Ni que decir tiene, que una vez que terminó la excursión, volver a la misma zona andando se convertiría en nuestro próximo plan del día.
Así que ya sabes, si viajas con niños a Estrasburgo, comprar el ticket y hacer la cola para montar en barquito se convertirá en uno de tus imprescindibles. No te puedes imaginar lo bien que se lo pasó la niña, allí sentada con nosotros y sus “inseparables casquitos” escuchando atentamente lo que en ellos se oían. ¿El qué?, no tengo ni idea, imagino que la historia sobre La Petite France, yo me limité a observar todo lo que se iba presentando a mi alrededor. ¡Qué maravilla de lugar!.
Observar a mi alrededor, observarla a ella y lo bien que se portaba, lo bien que se lo pasaba y como disfrutaba con cada momento de ese pequeño paseo en barca, era maravilloso.
La gran ciudad de Estrasburgo nos ofreció mucho, nos dio la ubicación perfecta para conocer la Alsacia, nos aportó comodidad en nuestro alojamiento, y todo lo que necesitábamos tener alrededor para poder disfrutar de unas vacaciones preciosas con nuestra hija.
Pero sobre todo nos sorprendió con un lugar que no nos esperábamos encontrar, así que guarda el secreto, no se lo cuentes a nadie, o por lo menos no des muchos detalles. ¿Lo mejor de Estrasburgo? “La Petite France” y hasta aquí puedo contar.
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