He oído hablar tanto de Viena, que es uno de esos destinos que sin conocerlo, incluso parece que ya haya estado allí. Quien no ha oído hablar de su elegancia, quien no ha oído hablar de su gran imperio, ¿y qué me dices del famoso palacio de Sisi Emperatriz?, bueno corrijo, siempre lo he conocido con este nombre pero en realidad su nombre real es mucho más difícil de pronunciar “ El palacio de Shönbrunn”. Me han llegado a decir que Viena es incluso más bonita que París, y eso, si que me tiene intrigada y diría incluso, preocupada. Superar a mi destino favorito en el mundo va a ser complicado, ¿será que Viena va a trastocar “mi lista”?.
Lufthansa
Así que aquí estoy, dentro del avión de Lufthansa vía Frankfurt con unas ganas locas por llegar a nuestro destino, escribiendo estas palabras mientras me tomo un, aunque parezca mentira, rico café con un sándwich de jamón, y “free” ¿“gratis” “gratis” “gratis”?.
Bocadillos y bebidas gratis
La azafata nada más llegar al avión, le ha obsequiado a mi hija con una gran sonrisa seguido de unas gominolas con forma de avión. Perpleja estoy de tanta “gratuidad”, acostumbrada a pagar dentro del avión por absolutamente todo. Lufthansa me deja alucinada y porqué no decirlo, en el buen sentido. Hablando con mi “vecina de asiento de atrás” me cuenta que quizás en las otras compañías haya que pagar porque se supone que son Low Cost, quizás sea eso, pero vamos, he volado este año 2 veces con Iberia, y ni un chupachúps oiga. En fin, esto de las compañías aéreas es otro mundo aparte y traería “mucha cola”, así que mira por donde, cambio de tema.
¿Qué pasa en el avión?
A ver, a ver…estoy divagando un poco ¿no?, he empezado escribiendo sobre lo intrigada que me tiene Viena, he seguido con el tema de las compañías aéreas, ¿quizás toque el turno ahora de otra cosa?. Miro a mi alrededor y veo: a mi derecha Chloe practicando mecanografía con su ordenador de clase, a Alberto apoyado en la ventanilla intentando dormir un poco, por el pasillo pasajeros paseándose de aquí para allá, leyendo revistas, escuchando música, y de repente, pienso, ¿habré metido todo en la maleta? ¿nos liaremos cuando lleguemos al aeropuerto de Frankfurt con la puerta de embarque? ¿Cómo estará el alojamiento de Viena? ¿nos hará buen tiempo? Ups, pues he olvidado el paraguas, etc
Austrian
Hemos llegado a nuestro segundo vuelo “con la lengua fuera”, nos ha tocado correr los 100 metros lisos para no perder el avión, y por fin llegamos a la puerta de embarque nº 40.
Chocolatinas y bebidas gratis
Esta vez nos espera la compañía aérea Austrian con la que también hemos tenido “gratis, gratis y gratis” la bebida y una chocolatina, que por lo que me ha dicho mi nuevo compañero de avión, un señor de Vigo, es muy típica de la ciudad. Si que está rica si. Julián de profesión biólogo marino me ha tenido muy entretenida en este viaje, su hijo vive en Viena, así que le he sacado información muy interesante sobre la ciudad, la primera: tengo que ir si o si a la cafetería Sacher y probar un trozo de tarta además de disfrutar de la decoración del local ¡qué bien! a probar como no el café de Viena, ¿estará como el de Portugal? Mucho me temo que no.
Busco a Monika Araujo
Como ves, vuelvo a divagar, a 20 minutos de Viena según el piloto, con los típicos nervios de viajera con ansias de llegar a su destino y sobre todo con ganas de respirar cuando vea llegar todas sus maletas “sanas y salvas” por la cinta. Ahí será, tras ese gran suspiro, cuando de verdad empiece mi experiencia en familia por Viena. Así que según me han dicho, a mi llegada tendré que salir por la izquierda y buscar a alguien con una pizarra que ponga Monika Araujo. Empieza la aventura de Viajando con Mami.
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