Lo bueno de los viajes y de descubrir destinos nuevos, es que éstos, siempre están llenos de grandes sorpresas. Descubrir Mozart Dinner Concert en Salzburgo fue una de las grandes, de esas que no se olvidan y que por fortuna, formarán para siempre parte de nuestros bonitos recuerdos viajeros.
Sabía que nos habían reservado una cena en el restaurante más antiguo de Europa, el St. Peter, y por una vez no quise investigar, quise que el factor sorpresa jugara un papel importante aquella noche, pero no podía imaginarme que lo fuera tanto.
Cuando pensaba que aquello no podía ser más bonito, se habría otra puerta que nos daba paso a una sala diferente, y todo cobraba más luz y más belleza. Desde que entramos hasta que llegamos a nuestra sala Barocksaal en la primera planta del restaurante, no dejamos de “alucinar” de lo bonito que era todo y te prometo que no exagero ni un ápice.
Quizás el factor “adornos de Navidad” jugara un papel muy importante aquella noche, porque puedo asegurarte que nunca, jamás de los jamases, había visto un restaurante, resplandecer de aquella manera, ¡qué preciosidad!. El adjetivo “belleza” aquí se queda corto, pero vayamos por partes, te explico un poco de que va todo esto.
El restaurante St Peter está ubicado dentro del complejo de la Abadía de San Pedro, en él, se encuentran 11 preciosos comedores, cada uno de ellos con muebles de lo más exclusivos, variados colores y diferentes decoraciones preparados en su totalidad, para proporcionar exquisitas sensaciones a todo aquel que se acerque y decida disfrutar de alguno.
Estos salones son comedores preparados para eventos, cenas, reuniones etc, todos ellos con un fin en particular. El objetivo de nuestro salón de banquetes con estilo barroco en concreto, estaba muy claro; hacernos soñar con una cena y un concierto en directo.
Poder disfrutar de esta velada tan especial iluminada por la luz de las velas, fue una “verdadera pasada”, además la cena estaba basada en recetas históricas y adornada por el sonido de música y voces en directo de profesionales vestidos con trajes de época. Todo esto, nos hizo sentir que estábamos, ¿quizás en 1790 sentados como si estuviéramos escuchando a Mozart?.
Solo echamos de menos poder vestirnos igual que los músicos ¿descabellada idea?, para mi no lo hubiera sido tanto, y aunque yo no soy muy fan de los disfraces, aquello era otra cosa, hubiera sido sentirse al 100%, igual que en aquella época.
Y si, este sueño por lo visto no resulta muy barato aunque tampoco está fuera de nuestro alcance. Recuerda que hablamos de disfrutar del restaurante más antiguo de Europa y de pasar una velada iluminada con la luz de las velas y adornada por la música y voces en directo. El evento se llama Mozart Dinner Concert, y solo te hará suspirar, ¡date un capricho!, de esos que no se olvidan con el tiempo.
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