Saint Maló es una ciudad de la Bretaña francesa rodeada de una gran muralla y protagonista de muchas y antiquísimas historias gracias a los corsarios que habitaron allí hace muchísimos años. ¿Qué te parece si viajamos con los niños hasta Saint Maló y descubrimos esta antigua ciudad pirata?
Durante nuestra visita a esta bonita ciudad, nos dimos cuenta de que el tema “marinero” cobraba un gran protagonismo. Saint Maló está repleto de restaurantes marineros, librerías de temática naútica y multitud de tiendas de souvenirs donde los jerseys de rayas azules cuelgan de casi todos los escaparates y es que parece ser que esta prenda, era el uniforme oficial de los piratas y aunque ésta es una historia muy bonita para contar a los niños mientras se visita la ciudad, tengo que reconocer, que lo que más me iba gustando a medida que dábamos el paseo era ir encontrándome con estos restaurantes y casitas tan cucas.
Y si además tienes la suerte de poder quedarte para tomar o comer algo, te aconsejo que no te vayas de Saint Maló sin probar la riquísma galette; una variante de las famosas crêpes donde utilizan otro tipo de harina, pero que resultan ser igual de sabrosas.
Según llegábamos a Saint Maló con las niñas, decidimos aparcar el coche en uno de los parking privados justo fuera de la muralla de la ciudad, y tras un corto paseo entre sus estrechas callejuelas decidimos subir primero, por uno de los accesos a la enorme muralla para descubrirla desde otra perspectiva; por un lado la bonita ciudad adornada de típicas casas bretonas y por otro lado una bonita playa.
La playa de Saint Maló se llama Saint Coulomb y ofrece multitud de actividades naúticas; para realizar con tus hijos como kayak, surf etc. Descubrimos que existe una empresa que realiza excursiones especiales para los niños y las llama “El club de la playa pirata”. Pero si lo que prefieres es dar un tranquilo paseo por ella, tienes que saber que la arena está llena de conchas y mejillones que resulta ser un gran entretenimiento para los niños.
Nosotros descubrimos la ciudad a nuestro ritmo, tranquilamente y sin prisas, sin ningún otro ánimo que pasar una bonita mañana con nuestras hijas, y cómo no, no podía faltar el rato dedicado al parque con columpios, un parque que encontramos justo cuando bajábamos de nuestro paseo por la muralla y que como siempre, consigue que los más pequeños lo pasen genial.
Así que aprovechamos para sentarnos en una coqueta cafetería, tomarnos algo y ver las caritas que ponen nuestras hijas de lo bien que se lo están pasando, y es que toda ciudad, grande o pequeña tendrá éxito seguro para nosotros los “viajeros con niños” si entre paseo y paseo encontramos éste espacio dedicado siempre a los más pequeños de la casa.
Así que Saint Maló además de bonitas historias de piratas, posibles actividades en sus aguas, conchas en la arena y ricas galettes nos permitió descansar, tomárnoslo con calma y compaginar la visita por la mañana con el disfrute por la tarde de los toboganes y piscinas de nuestro alojamiento en un camping a apenas unos 15 minutos de allí, pero sobre el camping te hablaré en otro post😉
Categorías: Viajar con niños
Destino: España con Niños, Europa con Niños, Francia con Niños, Saint Maló con Niños
Temática: Lugares de cuento, Pueblos Medievales