Siempre me ha fascinado PARIS, siendo ya muy pequeña con apenas 8 añitos de edad, recuerdo lo mucho que éste lugar me atraía, un lugar que no conocía ni por películas, ni por libros ni por fotos.
Internet no existía, la información sobre todo en general, era mucho más escueta y apenas unos pocos canales de televisión nos ofrecían ocio en nuestras casas, no tenía nada que ver a lo que conocemos hoy en día, cómo ha cambiado todo.
Siempre me llamó mucho la atención PARIS, quizás porque solía escuchar música francesa en casa y con el tiempo he llegado a la conclusión, de que fue oír ese idioma tan bonito, tan suave y tan romántico lo que me atrajo tanto hacia éste lugar.
Me sentía como uno de los extremos de un imán, la ciudad me atraía con gran fuerza y esa atracción, hizo que se despertara en mí, una gran intriga y sobre todo una inexplicable curiosidad.
Pensaba que un idioma tan bonito solo podía existir en un lugar que no le desmereciera, tenía que ser igual de bonito, tenía que ser increíble.
Los niños sueñan desde su infancia en conocer a su personaje favorito, en llegar a la luna, en ser una princesa de cuento o un caballero que lucha contra un dragón. Yo soñaba con PARÍS y con poder conocer algún día ese deseado lugar. Sería muchos años después, cuando por fin cumpliría mi sueño.
Recuerdo aquel momento como si fuera ayer. Nunca olvidaré como nada más salir de la estación del metro de Trocadero, se presentaba a unos pocos pasos, como si hubiera estado esperándome toda la vida, quieta, orgullosa y elegante, mi soñada Torre Eiffel , el icono de la ciudad que tanto deseaba conocer. El icono que tanto había idealizado, pero que sin embargo al conocerla no me decepcionaba en absoluto, era tal y como la imaginaba.
Y a mis 41 años, he decidido hacerme en mi muñeca derecha, mi primer tatuaje en el cuerpo, un gran recuerdo impreso para toda mi vida, un tatuaje que me demuestra día a día, que aunque muchas veces resulte difícil de creer, los sueños también pueden llegar a hacerse realidad.
Por fortuna, esa realidad desde aquella primera vez se ha podido repetir otras muchas. Reconozco incluso, que conozco mejor algunos detalles de PARÍS que de mi propia ciudad, y aunque parezca mentira, cada vez que voy, sigo descubriendo diferentes calles, nuevos rincones, nuevas historias… PARÍS me sigue cautivando.
Quiero compartir con vosotros todo lo que yo he descubierto, y espero que con ayuda del ebook en el que estoy trabajando, pueda ayudaros y daros muchas ideas para planear con vuestra familia, unas vacaciones increíbles en esta ciudad que enamora aún sin conocerla.
Categorías: Reflexiones
Destino: Francia con Niños, París con Niños
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